viernes, 24 de julio de 2020

Casa de Moneda de Zacatecas a mediados siglo XIX



El arrendamiento
de la Casa de Moneda de Zacatecas
a la compañía Anglo-Mexicana, 1842-1856

 

Elva Martínez Rivera

 

 

En la década de 1830 la situación financiera nacional con la separación de Texas orilló a las autoridades a recurrir nuevamente a los prestamistas nacionales y extranjeros, entre los que predominaban los ingleses. Con las Bases Orgánicas en 1835 se estableció que las tesorerías estatales entregarían la mitad de sus ingresos a las comisarías de la tesorería de la nación, tratando de hacer todo lo posible por fortalecer la hacienda pública. Ello condujo a que las principales fuentes de ingresos, como la administración de las casas de moneda, fueran asunto del gobierno nacional, mismo que implementó contratos de arrendamiento con casas extranjeras, como en el caso de la de Zacatecas, que se arrendó a la compañía inglesa Manning & Marshall en septiembre de 1842. Ante tal situación, no se hicieron esperar las reacciones de las autoridades del Departamento de Zacatecas, quienes enviaron en múltiples ocasiones la solicitud para anular el contrato, a través de representaciones y notas en los periódicos, señalando los graves perjuicios que esto le ocasionaba a la economía zacatecana. A pesar de las quejas, el arrendamiento se prolongó varias veces, haciéndose prórrogas en los años de 1853, 1857, 1861 y 1872. En 1874 se le entregó al gobierno federal, pero de ahí en adelante hubo otra serie de contratos.

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La liga al documento que analiza la importancia de la afectación de estos eventos a la Casa de la Moneda de Zacatecas, en cuanto a la producción y comparación entre las casas de moneda mexicanas existentes del siglo XIX, destacando los altos porcentajes de acuñación de la zacatecana, es posible leerlo en el Repositorio Institucional Caxcán de la Universidad Autónoma de Zacatecas.


jueves, 23 de julio de 2020

Ejercicio de probabilidad (3/3) en el día internacional del libro

«Retrato de Carolina Frederica Kerst», Charles van Beveren, 1830




Historia de la fábrica y adornos del templo
de la Compañía de Jesús a través de su Breve descripción

 

Elva Martínez Rivera

 

 

 

La Compañía de Jesús llega a Nueva España en 1572 gracias a las gestiones de Felipe II ante Francisco de Borja, en ese entonces general de la Compañía. Los jesuitas venían encabezados por el Padre Hernando Suárez de la Concha y acompañados del capitán don Vicente de Saldívar, como misionero de justicia. El Padre Suárez de la Concha que había ido a Guadalajara a sentar los cimientos del Instituto de San Ignacio de Loyola, quiso aprovechar la favorable circunstancia de que en esos días (1574) salía para la ciudad de Zacatecas el capitán Saldívar con una compañía de soldados. Acompañado por dicho capitán llegó el padre Concha a Zacatecas, comenzando a predicar casi de forma inmediata contra los escándalos y abusos que se cometían entre la población.      

En 1614 se pidieron limosnas para la obra de la parroquia por no haber sido suficiente la que hasta entonces se había recolectado y se declaró con gran solemnidad patrono de la ciudad a san Nicolás Tolentino, en gratitud de los beneficios de que dicho santo había recibido en algunas calamidades públicas. Ese primer templo fue edificado bajo el patronazgo del maestre de campo don Vicente Saldívar y su esposa doña Ana de Bañuelos. Este pequeño templo ocupaba parte del sitio donde después se construyó el templo actual que se conoce como Santo Domingo. Tenía una plaza rectangular y era de una nave. Ese templo permaneció abierto al culto hasta principios de 1746, cuando fue derribado para construir uno nuevo.

La fábrica del nuevo tempo jesuita en la ciudad de Zacatecas advocado a la Inmaculada Concepción comenzó el 19 de febrero de 1746, día de San José, Patrono del Templo y se terminó el 19 de abril de 1749. En el lapso de construcción, participaron muchos zacatecanos en mayor o menor medida, a veces con dinero, o en otras ocasiones aportando su fuerza de trabajo, las mujeres también colaboraron tejiendo y bordando lo necesario para los altares y el vestuario de las imágenes sagradas. Al año siguiente después de finalizadas las obras, en 1750, el templo fue dedicado y bendecido. Se solemnizó con un triduo comenzado el 24 de mayo.

La Breve descripción de la fábrica, y adornos del templo de la Compañìa de Jesús de Zacatecas; con una suscinta relación de las fiestas con que se solemnizó su dedicación: sacánla a la luz, y la consagran al SS. Patriarca Señor S. Joseph. Los seis ilustres caballeros, patronos de la solemnidad, y lucimientos de la dedicación. Fue impreso en México por la viuda de D. Joseph Bernardo de Hogal en el año de 1750 y los seis caballeros que colaboraron eran D. Gregorio Zumalde, D. Joseph Beltrán y Barnuevo, D. Thomás de Aristorena y Lanz, D. Juan Viaña Gutiérrez, D. Dionisio González y D. Joseph Joaristi. En la primera parte del libro, está el ofrecimiento a San Joseph, seguido de las aprobaciones, pareceres, licencias y bendiciones para su impresión, por autoridades del clero regular y secular, de la ciudad de Zacatecas y de la ciudad de México.

En cuanto al contenido, le precede un breve Prólogo en que se da noticia de algunas cosas singulares en la fábrica del templo. Seguido de la parte más extensa que corresponde a la Fábrica del templo y sobre el adorno interior. Continua con tres sermones panegíricos dedicados en las estrenas, mejoras y dedicación de la Iglesia de la Compañía de Jesús, dados el 24, 25 y 26 de mayo de 1750.  Cito brevemente un sermón “Recorrí todos los templos de esta ciudad, nobles zacatecanos, registré sus fábricas y portadas y, al llegar a esta nueva y primorosa fábrica, hallé en su portada una magnífica y esculpida inscripción: AD MAJOREM DEI GLORIAM. Este templo es para la mayor gloria de Dios. Y ahora entenderemos la razón porqué dice Cristo en su evangelio, el porqué le es útil e importante hacer mención el día de hoy de esta casa… se hace el convite y se pone la mesa, ofreciendo el manjar de su cuerpo y sangre en retribución de la vida eterna”.

 


Ejercicio de probabilidad (2/3) en el día internacional del libro

Frederic Remington, Sin título (Hombre leyendo en biblioteca), óleo, 1880



UN LIBRERO,
quizá el primero

 

Edgar A. G. Encina

 

 

Según Francisco Fernández del Castillo, en Libros y libreros en el siglo xvi (fce, 1914), Antón, «indio alto de buen rostro», originario de Michoacán, sacristán de la Iglesia de las minas de Zacatecas fue acusado, a los 13 días de febrero de 1561, de hurtar y vender libros que estaban bajo su resguardo pertenecientes a proceso inquisitorial ejecutado en el sitio. Detalles del proceso, anecdotario y estudio histórico-literario-filológico guardo para publicación que está por aparecer y que toman también como referencia documentos del Fondo Inquisitorial del Archivo General de la Nación, donde descubrimos pecados y desventuras. 

Léanse estas líneas como entremés.

El evento es importante porque bosqueja tres caminos para estudio. El primero, está la utilización y provecho que Antón obtuvo de aquellos impresos, como medida de compra-venta y cambio, y que —a mi parecer— lo convirtió en la imagen del protolibrero americano, emparejándolo temporalmente con la del editor-impresor-librero del siglo xvi, como Antonio de Espinosa. Protolibrero, —en ese sentido— que marca al tiempo formas intrínsecas del oficio y estampa la entrañable relación que conservan la música y la literatura. Segundo, el proceso es una carpeta revisionista de la situación del libro en la Nueva España en el que se encuentran rastros de las maneras en que los libros permitidos y no, llegaban al continente, viajaban y satisfacían lectores. Tercero, a pesar de la pobreza en referencias bibliográficas, provee de un ejercicio imaginativo que hace suponer sobre los libros con los que Juan de Tolosa, Baltazár Temiño de Bañuelos, Cristóbal de Oñate, y Diego de Ibarra fundaron la capital zacatecana. Junto a la lectura epistolar y evangélica, al lado de catecismos y mapas de orientación, alguno de ellos pudo cargar con La Celestina (1499) de Fernando de Rojas, El libro áureo de Marco Aurelio (1528) de Antonio de Guevara o La nave de los locos (1494) que Sebastián Brant, entre un mar de posibles novelas, poemarios o tratados filosófico-religiosos que podrían enumerarse, permite bosquejar una historia de la lectura en la entidad desde el consumo y -de paso- entender porqué los pobladores de tierra adentro tienen algo de cristianos, irredentos y locos.


Ejercicio de probabilidad (1/3) en el día internacional del libro

Leonid Pasternak, The Pains of Composition (1892), óleo.



Un libro,
quizá el primero

 

Marco Antonio Flores Zavala

 

En abril de 1823, inició una «epidemia de fiebre» en la ciudad de Zacatecas. El brote fue tan grave y extensivo, que las autoridades de la provincia nombraron una junta de sanidad para que dictara las medidas conducentes al eminente problema público. En ese grupo gubernativo participaron individuos que tenían buenas notas de reconocimiento cultural (ilustrados, liberales, buenos vecinos). Elías Amador escribió, en el acucioso Bosquejo histórico, que la primera medida fue ordenar la limpia del arroyo y los suburbios de la ciudad. Otra decisión fue el establecimiento de juntas de sanidad en las poblaciones de la provincia. Relata que en el transcurso de la epidemia murió el intendente, y en tal situación fue sustituido por empleados de las Reales Cajas.

Posterior a ese malestar, en el mes de mayo brotó «una epidemia de tifo». Las epidemias afectaron la estabilidad de la provincia. Lo hicieron tanto como las transiciones políticas del momento (el cambio de régimen monárquico a república). El impacto ocurrió porque en las emergencias de salud se obligó a otorgar facultades a juntas que ejercerían acciones concretas que disminuían las potestades del intendente y del ayuntamiento.

Otra novedad en los trabajos de la junta es la circulación impresa de sus determinaciones. La distribución de impresos pudo hacerse porque a fines de 1823 la Diputación provincial adquirió una imprenta y la puso inmediatamente a laborar. De la máquina salieron las primeras impresiones (circulares y decretos gubernamentales, órdenes para el público); una de ellas fue el cuaderno Método curativo para la presente epidemia. Formado por los facultativos de esta capital, por orden de la Junta Superior de Sanidad del Estado, para su circulación en él, a beneficio de la salubridad de los pueblos.

Presumimos este impreso como el primer libro producido en Zacatecas con fines de lucro. La idea la postulamos con base en los datos que proporciona el mismo Método curativo… También lo hacemos por los resultados de investigación en torno a la lectura que se ejercía en los impresos, los manuscritos, las bibliotecas, los libros, los periódicos, y por el registro de las comunidades de escuchas, de lectores y de escritores.

Precisamos los datos. El texto lo elaboró la Junta de Sanidad en noviembre de 1823, y el impreso fue hecho al año siguiente, que es el inicial de labores de la imprenta. Lo hicieron en una habitación del convento de Santo Domingo (ahora Museo Pedro Coronel). Estas referencias lo colocan en el conjunto de los primigenios impresos elaborados en la máquina. El primer documento que de ella salió es una circular sobre depósitos judiciales en las oficinas de rentas, es del 6 de enero de 1824.

Lo hemos definido como libro al valorar que los vendedores del impreso le llaman quaderno. Además no contradice los conceptos que proporciona Diccionario de la Lengua Española: «Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen. Obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte. Cada una de ciertas partes principales en que suelen dividirse las obras científicas o literarias, y los códigos y leyes de gran extensión».

La arquitectura de Método curativo…es ‘muy decimonónica’. Fue elaborado en un pliego normal, que para nuestros días son dos hojas juntas de tamaño carta. El papel era de lo que entonces llamaban «de trapo». Su dimensión era en 16vo (el pliego se doblaba en ocho partes; se imprimía en cada página). El texto de la junta lo colocaron en diez páginas. Las cuatro restantes son las cubiertas y las destinadas para señalar los datos de los dueños del texto y editores del impreso.

Respecto al enunciado de venta, éste es explícito: «se halla de venta este Quaderno en la Tienda del Ciudadano Mariano del Castillo (sita en el Portal de Rosales)». Este dato lo opone a la mayoría de documentos elaborados en el taller, pues fue destinado para la adquisición voluntaria. En contraste a su venta, están los textos gubernamentales gratuitos, como los decretos, leyes, proyectos de ley, manifiestos y circulares, los cuales estaban fuera del mercado por ser destinados a los burócratas -eran los adquirentes cautivos que servían de intermediarios en los circuitos de comunicación fomentados por la autoridad estatal-.

Método curativo… contiene varios elementos que lo colocan como un objeto moderno. Transcribimos algunos datos para asentar ‘su modernidad’. El libro tiene una cubierta. Ahí está el título y un extenso subtítulo que indica cuál es el contenido del texto. En el subtexto de la primera de forros señala donde fue impreso, quien es el responsable y el año de elaboración: «Impreso en Zacatecas. Oficina a cargo del ciudadano Marcos de Esparza. Año de 1824». En la cuarta está el enunciado que da cuenta quien es el dueño-vendedor exclusivo del cuaderno: «se halla de venta este Quaderno en la Tienda del Ciudadano Mariano del Castillo».

En la cubierta está una imagen. Es un individuo que camina; el pie derecho pisa tierra y el izquierdo está levemente levantado, es la señal de su movimiento. También es una alegoría que atañe a una frase de Virgilio (Viresque adquirit eundo) «Y adquiere fuerzas al caminar». La imagen fue utilizada en otras publicaciones del periodo. La frecuencia de su uso fue en los descansos de los textos.

En la segunda página va con precisión los autores del texto. «No se puede reimprimir sin permiso de la Junta Superior de Sanidad». Al iniciar el texto, en la página uno dice: «En cumplimiento de lo acordado por esa Junta Superior de Sanidad, le acompañamos el Metodo mas sensillo e inteligible que hemos podido formar, para la curación de los infelices Epidemiados. = Dios, Libertad y Federación. Zacatecas. Noviembre 12 de 1823 – 3º -2º - y 1º - Pedro Ramirez – Jose Maria Herrera – Margarito Sanz – Vicente Barraza – Pedro Perez – Señores Presidente y Vocales de la Junta Superior de Sanidad».

En el contenido Método curativo…, los médicos fijan tres secciones: detección de la epidemia, convalecencia y precauciones para no contagiarse. Cierro el texto con la última recomendación que proporcionan los médicos: «La unica mejor y mas recomendada por todos los autores es apartar a los enfermos de los sanos, reuniendolos fuera del poblado en un hospital comodo y bien ventilado […] y cuando se les administre el Sagrado Viatico no entren á la pieza del enfermo mas que las muy precisas para el servicio de este religioso acto […]».


viernes, 17 de julio de 2020

La profundidad de la música

Robert C. Willes "Picture ot the Week" en Life, New York, mayo 12 de 1947.



Apuntes para leer y presentar
Así leo cuando veo de Edgar A. G. Encina

 

César Encina Arroyo

Docente-investigador en la Unidad Académica de Música de la Universidad. Actualmente dirige dos proyectos: «Clarineteando», con apoyo del PECDAZ, y «La evolución de un sonido», direccionado en la Universidad Autónoma de Zacatecas

Este documento fue publicado en la revista Crítica. Fondo y forma.

  

 

Escribió Schopenhauer sobre «la inexplicable profundidad de la música» que es «tan fácil de comprender y sin embargo tan inexplicable, se debe al hecho de que reproduce todas las emociones de nuestro ser más íntimo, pero de una manera totalmente falta de realidad y alejada de su dolor», pues «la música expresa la quinta esencia de la vida y sus acontecimientos, nunca en sí mismos». Y, para completar la idea Nietzsche afirmó que «la música se hace carne».

 

Soy músico, soy ejecutante, soy clarinetista y me fue inevitable no relacionarme con este texto, dándole una importancia e interpretarlo desde esta disciplina

 

La importancia de la música

Es curioso que toda la especie humana ha escuchado, interpretado y ha hecho parte de su vida a la música, esa es, al menos, una de las cosas que más relaciona a las personas y que logra profundas conexiones cerebrales. «Los súper señores» de la novela de Arthur Clarke en El fin de la infancia son los que en la curiosidad descienden para asistir a un concierto que escuchan educadamente y, al final, felicitan al compositor por su tremenda capacidad inventiva, aunque todo les parece absurdo. No entienden lo que les ocurre a los humanos cuando hacen o escuchan música, pero a ellos no les pasa nada porque siempre han carecido de ella. Podríamos imaginar a los Súper Señores en sus naves y tendrían que admitir que eso que llaman música es en cierto modo eficaz y fundamental. No obstante, esta expresión carece de conceptos, símbolos, imágenes, no elabora proposiciones y el material del que está hecho es un lenguaje al que le falta representación y mucho menos guarda relación lógica con el mundo, a diferencia de la narrativa.

 

Comentario al libro

Cuando tuve Así leo cuandoveo. Una presentación y nueve ensayos que pretextan la fotografía, la música yla literatura me surgió la pregunta de cómo abordarlo. En lo personal era demasiado persuasivo, verlo e inevitablemente interpretarlo desde el juicio de un ejecutante músico. Pues bien, hice la lectura. El título, sugerente, y propio de lo que escribe Edgar A. G. Encina. La primera imagen mental fue «esto es una fórmula con peso simbólico», es decir al combinar la música, la fotografía y la literatura. sonido, imagen y palabra, enfrascadas en la creatividad.

 

La dedicatoria: la sentí, la comparto

 

La fotografía es uno de los principales documentos testimoniales donde la línea de vida es plasmada en una placa. Al ver las primeras imágenes, llegué a la conclusión de que siempre hay una proyección personal que va más allá de la estética. Ahora me pregunto por el proceso, si primero se eligieron las imágenes, después las palabras y al final los sonidos. ¿O el autor tenía una selección auditiva relacionada con las imágenes a las que siguieron las palabras? ¿O, como dice el título, cuál fue el pretexto primario?, ¿la música, la imagen, el relato?

Comentaré una de las fotografías que en lo personal me movieron emocionalmente: «Spheres para la bella suicida», donde observé, leí y escuché la banda sonora sugerida. La «Sonata para violín y bajo continuo» de Johann Paul von Westhof, compositor y violinista alemán del barroco de entre 1656 y 1705. Desesperación, ansiedad que no tiene principio y comienza allí: incisiva, tortura, no hay luz, sólo oscuridad. No ves el fin, sientes el fin y el fin es maravilloso; separarte de los fantasmas y ansiedades que provoca la vida, fin, por fin una calma; un fin, con ánima un fin que inicia La Paz. La Paz, el trance, el tiempo glorioso y ajeno, mutilante, cuerpo, vida, muerte, infinito, espacio, agonía… Aquí el autor da con la atmósfera poética del suicidio, explica el contexto, se esfuerza por explicar y entender y aceptar. Las perlas… Aferrarse a las perlas, aferrarse a la vida.

Estelibro invita a cuestionar la vida, la añoranza, la infancia. Invita a preguntarsepor la otra muerte y recuerda vivencias y emociones. Como lo menciono al inicio: todo es una proyección personal que para mi representa una interrogante inherente. La respuesta es el asombro, suspendido y agitado. Inquieto como «Lascia Chi’io Pianga» de F. Händel, sugerida en Ópera y canario que resume en dos frases:

Deja que llore mi cruel destino

Y yo suspiro la libertad


 Anécdota

Más allá de un análisis del texto, me hizo recordar aquel álbum familiar de mi abuela, de pasta y portada dura, color verde, con el que crecí preguntando quienes eran todas las vidas y tratando de hilar las historias de líneas familiares. Lo más impresionante para mí fue una fotografía de medados del siglo pasado, donde se observa una pareja con actitud serena y sumisa y en cuyo centro, rodeado de flores se encuentra un niño de aproximadamente dos años. Es una fotografía fúnebre que viene a mis sueños. Edgar y yo somos hermanos acercados a la música al mismo tiempo: tu te quedaste con las letras, la literatura y yo con los sonidos y la música. La música.


Trabajos del Seminario Interno de la LGAC CES MDH (3)

 . Tercera sesión Guadalupe Esquivel Gerardo Rodríguez Miguel Cruz Durón .

UAZ

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Universidad Autónoma de Zacatecas

UAZ / Prodep

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PRODEP

UAZ / Repositorio Institucional

UAZ / Repositorio Institucional
Repositorio Institucional Caxcán

UAZ / MyDH

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Maestría y Doctorado en Historia

UAZ / UAH

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Licenciatura en Historia

UAL / UAZ

UAL / UAZ
Licenciatura en Letras