Robert C. Willes "Picture ot the Week" en Life, New York, mayo 12 de 1947.
Apuntes
para leer y presentar
Así leo cuando veo de Edgar A. G. Encina
César
Encina Arroyo
Docente-investigador en
la Unidad Académica de Música de la Universidad. Actualmente dirige dos
proyectos: «Clarineteando», con apoyo del PECDAZ, y «La evolución
de un sonido», direccionado en la Universidad Autónoma de Zacatecas
Este documento
fue publicado en la revista Crítica. Fondo y forma.
Escribió Schopenhauer sobre «la
inexplicable profundidad de la música» que es «tan fácil de comprender y sin
embargo tan inexplicable, se debe al hecho de que reproduce todas las emociones
de nuestro ser más íntimo, pero de una manera totalmente falta de realidad y alejada
de su dolor», pues «la música expresa la quinta esencia de la vida y sus acontecimientos,
nunca en sí mismos». Y, para completar la idea Nietzsche afirmó que «la música se
hace carne».
Soy
músico, soy ejecutante, soy clarinetista y me fue inevitable no relacionarme
con este texto, dándole una importancia e interpretarlo desde esta disciplina |
La importancia de la música
Es curioso que toda la especie humana
ha escuchado, interpretado y ha hecho parte de su vida a la música, esa es, al
menos, una de las cosas que más relaciona a las personas y que logra profundas conexiones
cerebrales. «Los súper señores» de la novela de Arthur Clarke en El fin de
la infancia son los que en la curiosidad descienden para asistir a un
concierto que escuchan educadamente y, al final, felicitan al compositor por su
tremenda capacidad inventiva, aunque todo les parece absurdo. No entienden lo
que les ocurre a los humanos cuando hacen o escuchan música, pero a ellos no
les pasa nada porque siempre han carecido de ella. Podríamos imaginar a los Súper
Señores en sus naves y tendrían que admitir que eso que llaman música es en
cierto modo eficaz y fundamental. No obstante, esta expresión carece de
conceptos, símbolos, imágenes, no elabora proposiciones y el material del que
está hecho es un lenguaje al que le falta representación y mucho menos guarda
relación lógica con el mundo, a diferencia de la narrativa.
Comentario al libro
Cuando tuve Así leo cuandoveo. Una presentación y nueve ensayos que pretextan la fotografía, la música yla literatura me surgió la pregunta de cómo abordarlo. En lo personal era demasiado
persuasivo, verlo e inevitablemente interpretarlo desde el juicio de un
ejecutante músico. Pues bien, hice la lectura. El título, sugerente, y propio
de lo que escribe Edgar A. G. Encina. La primera imagen mental fue «esto es una
fórmula con peso simbólico», es decir al combinar la música, la fotografía y la
literatura. sonido, imagen y palabra, enfrascadas en la creatividad.
La dedicatoria: la
sentí, la comparto |
La
fotografía es uno de los principales documentos testimoniales donde la línea de
vida es plasmada en una placa. Al ver las primeras imágenes, llegué a la
conclusión de que siempre hay una proyección personal que va más allá de la
estética. Ahora me pregunto por el proceso, si primero se eligieron las
imágenes, después las palabras y al final los sonidos. ¿O el autor tenía una
selección auditiva relacionada con las imágenes a las que siguieron las
palabras? ¿O, como dice el título, cuál fue el pretexto primario?, ¿la música,
la imagen, el relato?
Comentaré
una de las fotografías que en lo personal me movieron emocionalmente: «Spheres
para la bella suicida», donde observé, leí y escuché la banda sonora sugerida.
La «Sonata para violín y bajo continuo» de Johann Paul von Westhof, compositor y
violinista alemán del barroco de entre 1656 y 1705. Desesperación, ansiedad que
no tiene principio y comienza allí: incisiva, tortura, no hay luz, sólo
oscuridad. No ves el fin, sientes el fin y el fin es maravilloso; separarte de
los fantasmas y ansiedades que provoca la vida, fin, por fin una calma; un fin,
con ánima un fin que inicia La Paz. La Paz, el trance, el tiempo glorioso y
ajeno, mutilante, cuerpo, vida, muerte, infinito, espacio, agonía… Aquí el
autor da con la atmósfera poética del suicidio, explica el contexto, se
esfuerza por explicar y entender y aceptar. Las perlas… Aferrarse a las perlas,
aferrarse a la vida.
Estelibro invita a cuestionar la vida, la añoranza, la infancia. Invita a preguntarsepor la otra muerte y recuerda vivencias y emociones. Como lo menciono al inicio:
todo es una proyección personal que para mi representa una interrogante inherente.
La respuesta es el asombro, suspendido y agitado. Inquieto como «Lascia Chi’io Pianga»
de F. Händel, sugerida en Ópera y canario que resume en dos frases:
Deja que
llore mi cruel destino
Y yo
suspiro la libertad
Más allá de un análisis del
texto, me hizo recordar aquel álbum familiar de mi abuela, de pasta y portada
dura, color verde, con el que crecí preguntando quienes eran todas las vidas y
tratando de hilar las historias de líneas familiares. Lo más impresionante para
mí fue una fotografía de medados del siglo pasado, donde se observa una pareja
con actitud serena y sumisa y en cuyo centro, rodeado de flores se encuentra un
niño de aproximadamente dos años. Es una fotografía fúnebre que viene a mis
sueños. Edgar y yo somos hermanos acercados a la música al mismo tiempo: tu te
quedaste con las letras, la literatura y yo con los sonidos y la música. La
música.
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